miércoles, 12 de mayo de 2010

Tres.

Me levanté sin tener ni idea de lo que hacía directa a mi habitación. Estaba completamente desnuda, como casi todas las noches, con cafés y sábanas, con entrega y desprecio hacía Alec, con todo el morbo debajo de mi ombligo. Pasadas las horas, oía los muelles de la cama de Alec. Él nunca traía a mujeres a casa, y la verdad es que nunca me importó. Pero con el morbo que tenía me entró curiosidad. Y a hurtadillas, con mi desnudez, con el frío y con las luces de otros pisos encendidos reflejándome los pechos y las piernas, crucé la cocina y abrí la puerta de su habitación. Estaba a oscuras todo, pero conseguí ver a una chica de pechos pequeños y pelo largo. Sentía como me miraba, sus ojos eran claros, casi podía verme reflejada en ellos, y su sonrisa de que no le jodiese la fiesta. “Gilipollas” pensé. Nosotros pudiendo hacer la fiesta en la encimera de la cocina y calentarnos lo que no podía hacer la calefacción. Ni si quiera teníamos calefacción, ni pijama.
No entendía que me ocurría, pero me di media vuelta, recogí la ropa que dejé tirada antes de desnudarme y otra vez, estaba allí, consumiéndome entre cigarros y el tiempo. En realidad yo no tenía pensado marcharme de allí, me gustaba ese lugar y mi tienda de vinilos, sin contar los cafés mirando por la ventana mientras tenía la ciudad bajo mis pies. Pero necesitaba huir de él, de su boca, de su mal comportamiento y, de sus ojos verdes. Sobre todo de todo ese asco que nos rodeaba. Joder, ni si quiera estoy enamorada de él.

Al llegar la mañana fui directa al aeropuerto, con mi maleta vieja de ocho años y poco más.
– Un billete, por favor.
– ¿A dónde?
– A donde sea, me da igual.
Sólo faltaban dos horas para mi vuelo a cualquierparte, y ochenta y un días de invierno hasta que llegase la primavera.

4 comentarios:

Diario de Arquímedes dijo...

No te imaginas lo mucho que me gusta leerte, de veras.

Un saludo.

Mariaxx dijo...

Lo mismo digo y mas con Amelie de fondo :)

Felicidades por todo lo que haces, es*_*

Octubre dijo...

es chachi entrar y que empiece a sonar yann tiersen..
Yo un día de estos me escapo a un lugar hasta que acabe la noche.
Un besin

una chica de ojos marrones dijo...

por suerte la primavera siempre acaba llegando (o eso quiero pensar)
me gustó el texto...

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